domingo, 19 de agosto de 2007

Talara: Al encuentro de los cuatro elementos

capullanas 10

En pocos espacios se conjugan mejor los cuatro elementos que en la playa. Y si se trata del litoral piurano, mejor aún. Talara es una muestra de cómo agua, tierra, aire y fuego, bajo las formas simples de mar, arena, brisa y rayos solares, se equilibran y complementan para hacernos sentir, a nosotros, simples mortales, toda la energía que la naturaleza está dispuesta a compartir, si sabemos cuidarla. Y es la temporada de verano la que nos da un excelente pretexto para disfrutar plenamente de esa experiencia.

Máncora es el nombre que emerge raudo en nuestra mente cuando hablamos de Talara. Pero la provincia petrolera es mucho más que la jurisdicción donde se ubica el balneario de moda en el Perú. Para entenderlo hay que conocerla con calma, liberarnos de tentaciones de juerga inmediata y empezar a caminar sin prisa y con los sentidos abiertos.

por capullanas 1


Giremos la rueda y veamos hacia donde apunta la flecha. Dirección Sur. Se nos ocurre Las Capullanas, a quince minutos de la ciudad. Hay que solicitar bien las indicaciones antes de partir, porque podemos confundirnos entre los mil y un vericuetos trazados en medio del desértico paisaje por las empresas petroleras, no aptos para distraídos.

por capullanas-lufking 2

Mientras avanzamos, agucemos el oído. Un sonido monótono se ha posicionado ya en nuestra memoria antes de que nos percatemos concientemente de él. Un golpe repetitivo, suave, siseante, corta el aire, va y viene, una y otra vez, cronométricamente. Pronto asumiremos la materialización de ese sonido como parte del panorama. Son los “lukis”, llamados así por la marca “Lufkin” tatuada en los brazos de esas estructuras metálicas que sube y bajan marcando el ritmo de la rutina de extraer el petróleo del subsuelo.

capullanas 5

Tanto pensar en los balancines nos distrajo del camino formal para llegar a Las Capullanas, del lado de las cuevas de formas mitológicas o eróticas, según quiera verse. Hemos aterrizado por la parte alta, y al ver la media luna y el brazo extendido hacia el mar formado por los cerros truncos, no podemos evitar la evocación de Paracas.

capullanas 12

Avanzamos un poco y nos sentimos un poco como pisando un escenario lunar. El viento y el mar han ido cincelando formas redondeadas de bordes suaves en la roca. A contraluz, una iguana gigante permanece impávida (como toda iguana) sobre nosotros, cubriéndonos con su sombra. Frente a nuestros ojos, una manta raya de proporciones considerables atisba al mar, aún indecisa de regresar a él. El aire, camuflado de brisa, nos sacude de esas visiones y al echar un nuevo vistazo a la zona del ingreso a las cuevas, verificamos que la marea creciente nos dejará atrapados en ellas. Será para la próxima.

capullanas 11

Cambio de rumbo. Esta vez con dirección norte. A estas horas el fuego ya habrá impuesto su huella: suponiendo que se ha partido temprano por la mañana, la piel debe presentar los primeros indicios de lo que será un estupendo bronceado o una lastimosa insolación (dependiendo del uso de protectores solares, aceites bronceadores, pigmentación natural, entre otros factores). No habría sido mala idea si hubiéramos llevado entre nuestros accesorios uno de esos preciosos sombreros de ala ancha, tejidos con paja toquilla, por las hábiles artesanas de Pedregal o Narihualá.


En Lobitos

lobitos 7

Nueva parada. Estamos a la altura del kilómetro 1147 de la Panamericana Norte, en zona militar. Pero también en un paraje estupendo, tranquilo, y cuyo poblado tiene un aire casi fantasmal. Atisbar por las casitas de madera construidas sobre altos pilares, observar el sol colarse por los retazos de vitrales existentes en la abandonada iglesia, es sumergirse por un rato en las épocas de esplendor de Lobitos, impregnadas del olor del petróleo.

Tenemos un gran trecho para recorrer en el litoral lobiteño, siempre y cuando no haya “altos mandos” presentes en la base, que cortan alas a cualquier intento de exploración en áreas restringidas como el de “Piscina”. Aquel día fue uno de esos: hubo que resignarse a contemplar de lejos esa zona de la playa, con sus formaciones rocosas curiosas y que se adivinaban como el punto más atractivo de Lobitos, tal vez por la barrera de lo prohibido.

lobitos 9

Pero basta de quejas. La parte restante, bastante amplia, nada tiene de despreciable. Al contrario. Amplias orillas para caminar, respirar, reflexionar, deshojar margaritas, hacer balance de los “primeros cien días” del 2007, o simplemente andar, con la mente en blanco, sintiendo la fuerza de la tierra.

Al otro extremo de las instalaciones militares, las rocosidades también suaves, forman cómodos tableros para sentarse a contemplar las transparencias del mar. Un poco más adentro si se tornan erizadas, como lanzas siempre dispuestas a marcarles en la piel cada maniobra errada a los tablistas que pululan en el lugar. Lobitos es un buen “point” según los expertos, con una calidad comparable a la de Cabo Blanco, aunque con diferentes características.

en talara 2

Cercanas a Lobitos encontraremos también Las Tres Cruces, Malacas, Amarillos. Un sin fin de playas que componen juntas una porción de costa talareña. Todas uniformizadas por aguas y arenas limpias, apenas separadas por paredes de piedra o salientes de la tierra.
Desde casi cualquiera de ellas podemos avizorar otro de los emblemas de la provincia. Si en el suelo son los “lukis” en el océano son las plataformas petroleras. Grandes moles de hierros enclavadas en el mar, silenciosas, invadidas por incontables aves y ociosos lobos de mar.


La Ruta Hemingway

en el pacific

Otro de los memorables circuitos de las playas talareñas es el que nos conduce, siempre de cara al mar, desde Los Órganos, por El Ñuro, Quebrada Verde, hasta Cabo Blanco. La joven pareja que promociona esta ruta y que integra el equipo de ecoturismo Pacífico Adventures ha bautizado la ha bautizado como la Ruta Hemingway. La razón es que el punto culminante del recorrido es Cabo Blanco, y hasta este pequeño pueblo del norte peruano llegaba el recio escritor, junto a artistas, directores de cine y millonarios de todo el mundo, para ejercer una de sus grandes pasiones: la pesca de altura.

Se han propagado diversas versiones que afirman que en Cabo Blanco Hemingway se inspiró para su novela El Viejo y el Mar. Pero lo cierto es que el norteamericano llegó hasta allí algunos años después de haber concluido su novela. Podríamos sí, aventurar la idea de que en las aguas de Cabo Blanco tal vez Hemingway halló la cristalización de una de sus elucubraciones literarias: un merlín de fabulosas proporciones.

organos 2

Y finalmente, no importa hacia donde apunte la brújula, o la playa en la que recalemos. En todas ellas, ese poderoso elemento en permanente movimiento, de murmullos constantes, de rugidos sordos, nos seduce sin remedio. Nos atrae, sea para envolvernos suavemente entre sus ondas, sea para sacudirnos con fiereza hasta hacernos perder el equilibrio. Y al final de la batalla, nos retiraremos exhaustos, no sin antes lanzarle una mezcla de imprecación y reverencia: ahhhhh mar!!!!!!!! Y triunfante, bañará nuestros pies aunque le demos la espalda, sabiendo que siempre habrá un regreso.


8 comentarios:

Tatiana Gamarra dijo...

Pero que afortunada, como se nota que te estás paseando de lo lindo o que te has conseguido un trabajo que te tienen viajando com a pocos... Que suertuda, mucha envidia de la sana!!!!

Lindas fotos
xoxo
Tatiana

alberto alarcon dijo...

Estimada Claudia,
soy el esposo de la "nera" Milú. Gracias por hacerme recordar tan gratamente Las Capullanas, un lugar a donde acudía en mi infancia y juventud. Allí escribí uno de mis primeros poemas.
Te felicito por como quieres y trasmites la belleza de esos parajes. Te invito a ver www.papelesdeproteo.blogspot.com
Un abrazo. Alberto Alarcón.

alberto alarcon dijo...

Estimada Claudia,
soy el esposo de la "nera" Milú. Gracias por hacerme recordar tan gratamente Las Capullanas, un lugar a donde acudía en mi infancia y juventud. Allí escribí uno de mis primeros poemas.
Te felicito por como quieres y trasmites la belleza de esos parajes. Te invito a ver www.papelesdeproteo.blogspot.com
Un abrazo. Alberto Alarcón.

Edisonc dijo...

-Excelente blog, excelente imagenes!, queria ver si ahondabas mas en el tema de las plataformas petroleras mediante fotografias! ya q es mi rubro de estudios... pero en general muy buen e interesante blog.

-Me agrado eso de "Un golpe repetitivo, suave, siseante, corta el aire, va y viene, una y otra vez, cronométricamente" ...

- Muy buenas las canciones q eliges para darle un ambiente agradable al blog! grande daniel f! aver si te pones algo de sus maketas! ..

Gladys Purizaca Fiestas dijo...

Hola Claudia, buen Blog. sabes, soy lobiteña, y me encanta la manera en que relatas las bellezas que contemplaste aquel dia, lo haces de una manera tan peculiar que nos lleva hasta el final, excelentes fotos! solo son el reflejo de una playa que se ha convertido en el atractivo turistico de moda en Piura.
Besos querida...

Anónimo dijo...

La verdad que deveriamos juntarnos muchos que nos gusta del mar y sus paisajes, practicamente estos llamados proyectos, son mas que una ambicion de gente adinerada y coorporaciones que cree que por su posicion puede venir a engañarnos, con decir que habra desarrollo, la cual si sera cierto ( desarrollo a sus cuentas y bolsillos) la creciente construccion costeña ta terminando de acabar la buena vista de edificaciones uniformes que aun dejan contemplar el cielo y alrrededores, lo cambian por edificios y hoteles lujosos, q a las finales cercan playas y las privatizan como lo sucedido con algunas playas limeñas y otras mas, y la gente que toda la vida vivio y vive en la zona cual es su beneficio, un par de soles con migas, la cual la equidad no existe es por eso que la ciudad no crece por que el estado cree que no hay gente de la zona capaz de llevar adelante a su sector, la verdad, juntemos fuersas si es posible entablar una queja u hacer algo para que el llamado complejo que quieren hacer lo agan lejos de los balnearios, que segun la constitucion el mar y alrededores es de todos los peruanos, yo he ido casi todas las playas del norte y la verdad no las comparocon nada en el mundo es de lo mejor, y extraño esa tranquilidad en el muelle sin escuchar la turba de los carros, ni pleitos, ni ruidos de la metropolis mi correo es brunoaguirre@hotmail.com y me gustaria conocer gente que les guste el mar peruano sobretodo no dejemos que la avaricia mate lo poco que queda.

Saludos

tamaran dijo...

Bueno aunque veo que el ultimo comentario sucedió,alla cerca de un año, digo, paraje my bonito, me recuerda a fuerteventura aqui en las canarias, aunque existe diversidad de paisaje y flora, no obtante se agradece a la vista.
saludos desde canarias.

Anónimo dijo...

Bueno, a riesgo de escribir algo que no sea leído(lo digo porque hace más de un año y medio que no se publica ningún comentario), me gustaría tener contacto con gente de lobitos y alrededores. Mi deseo es conocer más sobre su gente, tierra, costumbres-culura, y sobretodo sobre su mar, ya que soy un enamorado del elemento líquido. Yo vivo en Tarifa, Cádiz (España), y es un lugar muy especial, como creo que también lo es el suyo. Aunque a simple vista, son muchas las diferencias entre vivir en Tarifa o Lobitos... Algunas buenas, otras peores. Pero en ningún caso se trata de hacer comparaciones. Gracias de antemano.
me llamo Juli, correo: shakkka@yahoo.es